Son herramientas utilizadas para medir el nivel de conocimiento, habilidades, aptitudes o competencias de una persona en determinado ámbito. Estas técnicas e instrumentos pueden variar según el contexto y los objetivos de evaluación. A continuación se detallan las más comunes que puedes encontrar:

1.  Pruebas escritas

Son exámenes en los que se plantean preguntas o problemas que el evaluado debe responder por escrito; pueden ser de opción múltiple, verdadero/falso, desarrollo o ensayos.

2.  Observación directa 

Consiste en observar el desempeño del evaluado en situaciones reales o simuladas para valorar su comportamiento, habilidades o competencias.

3.  Entrevistas 

Se realizan conversaciones estructuradas o semiestructuradas para obtener información sobre su nivel de conocimiento, experiencia, habilidades o actitudes.

4.  Portafolios 

Son recopilaciones organizadas de trabajos, proyectos o evidencias de aprendizaje del evaluado a lo largo de un período determinado.

5.  Evaluación por pares 

Los compañeros de clase o colegas evalúan el desempeño o trabajos del participante, según criterios predefinidos.

6.  Autoevaluación y coevaluación 

El propio sujeto se evalúa a sí mismo o entre compañeros, utilizando criterios específicos.

7.  Rubricas de evaluación 

Son matrices que describen los criterios de evaluación y los niveles de desempeño esperados, facilitando la valoración objetiva y consistente.

8.  Proyectos o trabajos prácticos 

Consisten en la realización de proyectos o tareas prácticas que permiten evaluar la aplicación de conocimientos, habilidades y competencias en situaciones concretas.

9.  Simulaciones 

Se recrean situaciones específicas en un entorno controlado para medir el desempeño del evaluado frente a estos escenarios.

10.  Pruebas orales 

Son entrevistas o exposiciones orales en las que el participante debe demostrar su conocimiento, habilidades o competencias.

Estas son solo algunas de las técnicas e instrumentos de evaluación más comunes; cada una ofrece sus propias fortalezas y beneficios únicos, ya que al seleccionar la técnica y los instrumentos adecuados, los facilitadores del aprendizaje, pueden obtener información significativa y relevante sobre el desempeño de los participantes, lo que permite una toma de decisiones informada y una mejora continua en el proceso educativo. 

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