Ser agradecido, ser positivo y por ende, ser feliz es un hábito que se debe trabajar día con día, ya que va más allá de un estado de ánimo, de una buena racha o del éxito en sí, tiene que ver con la actitud de cada uno y de la postura que se tenga hacia la vida.
Si al contrario, sientes que nada tiene sentido, te cuesta encontrar las respuestas a los problemas de la vida y a veces piensas que no vale la pena continuar, intenta realizar las siguientes acciones:
Ve siempre ambas cara de la moneda
No todo es blanco o negro y la primera impresión no siempre es la definitiva, trata de analizar cada situación en la que te encuentres y de entenderla a profundidad, así podrás desarrollar un poco más de empatía.
Sé agradecido
Inicia el día contando los bendiciones y da gracias a Dios, a la vida, por cada una de las cosas buenas que tienes. Si te cuesta trabajo encontrar motivos para agradecer, párate frente al espejo y siéntete feliz por respirar, por tener dos ojos para ver o dos piernas para andar. Si estás en desventaja por una enfermedad o acabas de perder a un ser querido, intenta encontrar lo bueno y entresacar lo precioso de lo vil.
Disfruta el paisaje
¿Cuándo fue la última vez que te detuviste a observar un atardecer? ¿Hace cuánto que no le ganas al despertador y estuviste en primera fila para escuchar el canto matutino de las aves? La naturaleza nos brinda un gran espectáculo cada día pero la mayoría de las veces pasa desapercibido. ¡Deja de huirle a la lluvia y disfruta su sonido y su aroma!
Descifra tu diálogo interno
¿En qué piensas cuando vas caminando por la calle? ¿Qué es lo que escuchas cuando todo está en silencio? Ser conscientes de tus nuestros pensamientos, te ayudará a desechar todos aquellos pensamientos que no hacen más que torturarte.
Vence tus temores
Aunado al punto anterior, parte de escuchar con atención los pensamientos es notar qué cosas ya llevan un tiempo creando un temor. Toma el toro por los cuernos y date un tiempo para considerar qué pasaría si eso se hiciera realidad, ¿realmente sería tan malo? Por otra parte, si lo que te molesta es inevitable, prepárate para ello y deja que las cosas fluyan a su propio ritmo.
Otros puntos que también ayudan y que no necesitan mucha explicación son:
- No tengas envidias, ni te compares con los demás. Sé feliz con lo que tienes.
- Evita aquellas conversaciones y personas que no aporten nada a tu crecimiento emocional.
- No reproduzcas, ni inicies chismes.
- Escucha música con un buen contenido.
- Haz ejercicio, come y duerme bien.
- Acepta las verdades de quien vengan y haz lo que puedas para mejorar.
- No dejes que nadie te robe tu paz.
- No le des más peso a lo malo, que a lo bueno.
- Siembra en otras personas, ya sea un consejo, una sonrisa o una donación.
- Dí lo que te molesta pero sé prudente.
- Ponte siempre en los zapatos de los demás.
- Ama a todos y haz el bien.
Si desarrollar y poner en práctica los puntos anteriores te cuesta demasiado, te puedes auxiliar de las humanidades, ya que el diplomado en desarrollo humano, la psicología positiva, higiene mental y la logoterapia, abordan esas áreas desde una perspectiva muy profunda de modo que puedas aplicarlo en ti y enseñarle a los demás.