Las decisiones de los líderes tienen un impacto significativo no solo en las organizaciones, sino también en la sociedad y el medio ambiente.
Entendemos que la Alta Dirección no es solo un rol de gestión, sino una vocación que requiere un compromiso profundo con los valores y principios que promuevan el bien común.
La ética va más allá del cumplimiento de normas y regulaciones. Se trata de tomar decisiones que consideren el bienestar de todos los stakeholders: empleados, clientes, proveedores, comunidad y el entorno natural. Un líder con una sólida formación ética es capaz de ver más allá de los beneficios inmediatos y ponderar las consecuencias a largo plazo de sus acciones.
Desde la perspectiva ignaciana, la ética está profundamente ligada a la dignidad humana y al respeto por la creación. Un directivo que actúa con integridad y responsabilidad no solo dirige una empresa exitosa, sino que también contribuye al desarrollo de una sociedad más justa y equitativa. Este enfoque promueve una visión holística del liderazgo, donde el éxito no se mide únicamente en términos financieros, sino también en el impacto positivo que una empresa puede tener en el mundo.
En la tradición ignaciana, la responsabilidad social empresarial (RSE) no se limita a acciones filantrópicas o a proyectos aislados de impacto social. Se trata de una actitud permanente y transversal que permea todas las decisiones y operaciones de la empresa.
Un líder formado bajo los valores ignacianos entiende que la responsabilidad social implica un compromiso con la justicia, la equidad y el respeto por el medio ambiente. Esto significa que cada decisión de la alta dirección debe reflejar un esfuerzo por construir un mundo más sostenible y equitativo. Desde la implementación de prácticas empresariales justas hasta la promoción de un entorno laboral inclusivo y respetuoso, los líderes deben actuar como guardianes del bien común.
En última instancia, construir empresas con valores ignacianos es un acto de liderazgo servicial, donde la búsqueda del éxito está inseparablemente ligada al deseo de contribuir al bienestar de todos. En la Ibero Monterrey, creemos que esta es la verdadera esencia del liderazgo en la Administración y Alta Dirección.
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