La cuarentena no ha sido nada fácil de llevar para cientos de hogares en México, sin mencionar la crisis sanitaria que se ha estado viviendo. Muchos matrimonios han estado colapsando, pero no todos, ya que hay unos que ni siquiera han podido consumarse.
En el 2020 muchas bodas tuvieron que cancelarse, algunas sí se llevaron a cabo y muchas otras siguen esperando una fecha para hacer de la celebración lo más segura para todos los invitados.
Las parejas comprometidas están ansiosas por poder consumar su matrimonio junto con sus invitados después de esperar un largo tiempo para que la situación mejore.
La cuarentena les ha otorgado tiempo para seguirse conociendo, descubrir nuevos gustos y pasiones en pareja. También hay quienes han aprovechado el tiempo juntos para decorar su casa, planear viajes y aventuras e inclusive emprender un negocio juntos.
Ya es 2021 y la tasa de mortalidad y contagios ha bajado en el país ocasionando cambios favorables de semáforo epidemiológico. Las wedding planners retoman sus trabajos y las bodas se han puesto en marcha.
¡Felicidades para los novios!
Si bien eso es el lado “rosa” de la historia, el lado “oscuro” es el divorcio.
Muchas familias mexicanas se enfrentan a una convivencia obligada. Antes solo convivían en fines de semana, periodos vacacionales y otros pequeños momentos para compartir tiempo de ocio, ya que las labores en la escuela o trabajo impedían relacionarse.
Ahora en un mismo espacio y tiempo tienen que llevar a cabo sus obligaciones laborales, educativas, familiares y personales lo que han generado situaciones problemáticas.
Un matrimonio en crisis puede resolverse con Terapia Familiar, sin embargo, cuando se han detectado problemas que solo se pueden resolver con la separación, no hay nada más que hacer que empezar a contratar abogados.
El o la terapeuta podría hacer funcionar el matrimonio, pero también sabrá cuando es necesario que sus pacientes tomen sus propios caminos ya que lo primordial es el bienestar de cada uno.
Si bien es importante considerar cómo le afectará la separación a los hijos, es más importante ver el cómo les beneficiará pues puede ser una situación donde la madre esté sufriendo violencia doméstica.
Aunque no todos los motivos de separación involucran violencia, cuando no se puede arreglar la relación, es mejor terminarla. Los bienes y dinero no valen nada a comparación de la salud y la paz mental.
El divorcio no es una etapa sencilla, es por eso que siempre pueden encontrar apoyo psicológico por parte de un especialista con maestría en Terapia Familiar, tanto para los padres como para sus hijos.
Los mejores momentos están por llegar, abrázate fuertemente y sigue adelante.