Ante el encierro por Covid-19, todos hemos estado sufriendo algunos cambios de forma muy repentina. De un momento a otro tuvimos que enfrentarnos a una situación completamente nueva y adoptar una serie de medidas extraordinarias que han dado un giro muy grande a nuestra vida diaria como lo que es el distanciamiento social y el estar confinado con toda la familia en casa.
Muchas familias mexicanas se enfrentan a una convivencia obligada. Antes solo se reunían en fines de semana, periodos vacacionales y otros pequeño momentos para compartir tiempo de ocio, ya que las labores en la escuela o trabajo impedían relacionarse.
Debido a las características y normas impuestas por el estado de alarma y el confinamiento en casa, en un mismo espacio y tiempo tenemos que llevar a cabo nuestras obligaciones laborales, educativas, familiares y personales lo que puede generar situaciones problemáticas.
Los consejos para ayudar a la convivencia familiar son:
- Tener actividades diarias como: jugar un juego de mesa, arreglar el jardín, ver una película, cocinar, pintar donde se involucran varias personas de la familia.
- Dividir las tareas del quehacer para tener un hogar limpio y ordenado. El ambiente pulcro influye en el desarrollo de emociones sanas.
- Crear rincones en la casa para las diferentes actividades, esto nos ayuda a diferenciar espacios individuales (para la escuela y trabajo) y espacios comunes.
- Aprovechar el tiempo en familia y hacer las comidas y cenas juntos, disfrutar de este tiempo como conocernos mejor.
- Seguir en contacto con familiares, amigos, pareja, compañeros de trabajo, etc. de forma virtual.
- Mantener el sentido de humor, es clave para mantener una actitud positiva.
Logra una comunicación saludable con momentos familiares donde se respeten los turnos de palabra y opiniones. Recuerda que es importante hablar con un profesional en Terapia Familiar para que encuentre una solución de convivencia para largo plazo.
La Maestría en Terapia Familiar busca formar terapeutas que contribuyan a la construcción de relaciones familiares y personales más funcionales, que sean capaces de aplicar diferentes enfoques y principios de la terapia familiar, ya sea por medio de la evaluación, prevención e intervención con un alto compromiso ético y humanista.